Los síntomas del quiste pilonidal varían. Algunas personas pueden no experimentar molestias, mientras que otras sufren de dolor, enrojecimiento, e inflamación en la zona afectada. En el 50% de los casos, el quiste acaba infectándose y formando un absceso, que requiere tratamiento inmediato. Cuando este absceso recidiva, la única solución es la cirugía.
La intervención quirúrgica convencional implica la eliminación del quiste y el tejido infectado o afectado. Este procedimiento puede resultar en un período significativo de dolor y molestias en el área operada, y la recuperación puede ser prolongada (hasta 4 meses). Durante este tiempo, las actividades normales y la capacidad para sentarse cómodamente pueden verse limitadas. A esto debe sumarse que el manejo postoperatorio de la herida puede ser complicado, especialmente si no puede suturarse del todo, se tiene que recurrir a un colgajo o si se requiere drenaje.
El uso del láser mejora sustancialmente el procedimiento. En Instituto de Fotomedicina hemos codesarrollado la técnica S-F.A.C.I.L. (Sinus-Fistula Ablative Contraction by Intracavity Laser.
Esta técnica no requiere de cortes ni genera heridas aparatosas, y utiliza el láser no solo para la eliminación del quiste sino también para cerrar la herida y así reducir la recidiva. Esto simplifica enormemente el procedimiento a la vez que reduce sustancialmente no solo el tamaño de la herida quirúrgica sino también el dolor postquirúrgico y el tiempo de recuperación, por lo que se puede retomar la actividad normal mucho antes y de forma menos traumática.
El procedimiento puede llevarse a cabo mediante anestesia locorregional y se realiza en tan solo 40 minutos. Según el tamaño del quiste, el paciente puede irse a casa el mismo día.